EL REGALO DEL FUEGO
Leyenda popular shuar
En la
región amazónica, un grupo de indígenas shuar no conocía el fuego y no podía
cocinar sus alimentos. Comían crudos los zapallos, la yuca, las aves y los
pescados. Tan poco podían alumbrar sus casas en las noches oscuras.
Cerca
de ellos vivía un hombre llamado Taquea acompañado por su mujer. Ellos eran los
únicos que poseían el fuego y se negaban a compartirlo. No dejaban que nadie se
acercara a su casa, peor aún a la fogata que permanecía encendida día y noche. Para
evitarlo salían a trabajar a la chacra
por turnos.
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Con
una vocecita muy débil habló:
“por
favor ayúdame. Estoy mojado y tengo frío”. La mujer se conmovió y lo tomó entre
sus manos; lo llevó hasta su casa y lo puso junto al fuego para que se secara.
El
quinde había sido testigo de la avaricia de esta pareja
Entonces, cuando se
secó, aprovechó que la mujer se distrajo contando a su marido como había
encontrado al pajarito, para acercarse al fogón, encender su cola y darse a la
fuga por la ventana. Los esposos no pudieron detenerlo y se quedaron en la
puerta de su casa culpándose uno al otro. Taquea estaba furioso.
El
quinde fue de casa en casa y repartió el fuego entre los demás habitantes de la
zona. Desde entonces todos cocinan sus alimentos, y por la noche, encienden
fogatas para sentarse a conversar.
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